lunes, 24 de noviembre de 2008

El Mercantilismo


- En este tema, analizaremos tres cuestiones básicas:
1. Características del mercantilismo.
2. Historiografía del mercantilismo.
3. Variantes nacionales: Castilla, Inglaterra, Francia, Países Bajos.

I.- Características del Mercantilismo.

- El mercantilismo, se define como el conjunto de escritos económicos junto a la propia práctica económica que se da en Europa durante los siglos XVI y XVII. Así, el mercantilismo se ve desde dos puntos de vista diferentes que son: teoría y práctica. Por lo que hay que tener en cuenta la teoría junto a la práctica, con medidas efectivas de gobierno.

El mercatilismo
no era en realidad una doctrina formal y consistente, sino un conjunto de firmes creencias, entre las que cabe destacar la idea de que era preferible exportar a terceros que importar; la convicción de que la riqueza de una nación depende sobre todo de la acumulación de oro y plata; y el supuesto de que la intervención pública de la economía es justificada si está dirigida a lograr los objetivos anteriores. Los planteamientos mercantilistas sobre política económica se fueron desarrollando con la aparición de modernas naciones Estado; se había intentado suprimir las barreras internas al comercio establecidas en la Edad Media, que permitían cobrar tributo a los bienes con la imposición de araceles o tarifas en cada ciudad o cada río que atravesaban. Se fomentó el crecimiento de las industrias porque permitían a los gobiernos obtener ingresos mediante el cobro de impuestos que a su vez le permitían costear los gastos militares.

+ Intervención del Estado y de la Monarquía:

- Al aumentar el poder de las monarquías, se está pasando al absolutismo y, lo cual, se ve favorecido por el mercantilismo, ya que a través del intervencionismo el Estado se hacía cada vez más fuerte. Esta idea, es básica en los escritos de la época.

La intervención se desarrolla a través de la legislación reguladora, que va a tener dos objetivos principales:

1. Incrementar el nivel de los ingresos fiscales y no fiscales: que llega a las monarquías desde cualquier punto de la sociedad para sostener el creciente gasto militar y sanitario. De esta manera, consideramos que el ingreso fiscal, son todos aquellos ingresos obtenidos mediante los impuestos, mientras que los ingresos no fiscales son los denominados como “regalías”, que era la potestad que tenía la monarquía de acceder a ingresos de distintas características como minas, salinas, venta de cargos, de deuda pública…pero que no tienen origen hacendístico.

Estos ingresos, obtenidos mediante el intervencionismo, tenían como objetivo sufragar el creciente gasto militar y suntuario, lo que a su vez, hace referencia a lo que tenían que hacer los Estados y monarquías del momento para poder mantener las guerras que cada vez suponían un mayor gasto a causa de las nuevas armas de fuego y las nuevas tecnologías.

Todo esto, dio lugar a una teoría conocida como “Revolución Militar” en los años 60 y 70, cuyos máximos defensores son Dowing y G.Parker. Esta, es una teoría que no sólo explicaba la Evolución Militar, sino que además, defendía un mayor número de impuestos, que a su vez conlleva a una mayor centralización del poder y por tanto, mayor control.

El gran impulso de Parker, con sus estudios sobre la extensión y perfeccionamiento de las fortalezas defensivas de las ciudades italianas a fines del siglo XV y principios del XVI, el estilo conocido como trace italiane, tuvo, como primera consecuencia, la vuelta al candelero historiográfico europeo de la historia militar. Aquella versión arquitectónica de la Revolución Militar, incluía como elemento esencial del debate la irrupción de la artillería a gran escala en los campos de batalla, los elevados costes y la ralentización de las campañas. Parker defendió que la laboriosidad de los asaltos y la perfección de las defensas hicieron que se llegase a un sistema en el que las maniobras de defensa y ataque «estaban casi exactamente equilibradas».

Así, el estudio de B. Downing, partía de la consideración a priori de que todos los estados europeos, por tradición heredada del medievo, tenían una similar predisposición para evolucionar hacia formas democráticas. Lo que produciría diferencias significativas sería la respuesta ante la presión de la guerra que, se presupone también, sería sustancialmente mayor en aquel siglo que en el anterior. Así, donde la presión de la guerra motivada por el triunfo de la Revolución Militar explotó masivamente y agotó los recursos «nacionales», la tendencia fue a evolucionar hacia el absolutismo; donde se encontraron vías alternativas de financiación o la presión de la guerra fue menor —países en los que, además, tampoco se implantó la Revolución Militar—, las estructuras constitucionales tradicionales pervivieron y facilitaron el tránsito a la democracia en el XIX. En el siglo XVII, por tanto, la cadena causal sería evidente para Downing: una Revolución Militar —que se da por supuesta— obligaría a los estados a invertir más en la guerra, haciendo que en aquellos países en los que los recursos disponibles eran interiores, el gobierno central chocase con las barreras constitucionales que se oponían a su capacidad de extracción fiscal. Para el caso contrario, el autor dejaba la puerta abierta a sus otros modelos de estado, siempre y cuando cumpliesen con uno o más de los siguientes requisitos: ser capaces de mantener una economía fuerte (ejemplos serían Inglaterra y las Provincias Unidas); obtenerlos en el exterior (básicamente las Provincias Unidas, pero también Suecia); mantener alianzas suficientes (las guerras de Francia hasta 1635); o poseer unas características geográficas que facilitasen el aislamiento militar (la insularidad inglesa). En conclusión, la presión de la guerra habría transformado en algunos países el modelo constitucional al fortalecer desmesuradamente el poder de los reyes, apoyados éstos en una forma burocrático—militar de gobierno.

Revolución Militar --> más impuestos --> mayor centralización

Además, las nuevas tecnologías eran más caras, por lo que se necesita más dinero y, por tanto, mayor cantidad de impuestos. Estos, eran impuestos por la monarquía, que de esta manera se hacía más fuerte militarmente, teniendo así más poder y control, y como no, mayor centralización: “Creen que la guerra fue el motor de la Historia”.

Críticas a la Teoría:

a.- Los países más potentes militarmente eran monarquías parlamentarias como por ejemplo Inglaterra.

b.- Presuponen que las monarquías absolutas tendieran a hacerse más independientes con respecto a otras instituciones. Pero esto no está tan claro puesto que dependían de los créditos.

c.- La guerra. Lo cual era un límite. Esto está relacionado con el segundo punto del intervencionismo.

2. Relación entre las monarquías, élites y el propio carácter del absolutismo.
El rey, mediará en el desarrollo económico, aumentando la riqueza y el poder de las élites para así sostener a la monarquía (necesita unas bases para mantener su poder que cada vez deberán ser más fuertes para fortalecer a la monarquía). Por lo que un posible esquema de esta situación sería:

Rey --> Poderosos (cortesanos, consejeros…) --> Absolutismo

El poder absoluto del rey (absolutismo) es un poder de mandato, por lo que la voluntad del rey se cumplía sin problemas, en cualquier lugar. Pero, también debemos entender por absolutismo, el poder que el rey ejerce comportándose como referencia última de sus reinos, es decir, que entre los distintos sectores de la sociedad él era el árbitro final o juez último de todo.

Pero el absolutismo, hoy, no se entiende por poder absoluto, sino por consenso entre los poderosos y el rey. Es decir, los poderosos sostienen el poder del rey y el rey el poder social de los poderosos. Si el Rey vencía a los nobles, parecía que el Estado era el surgimiento de vencer a otro poder. Esto actualmente no se ve así, sino en la idea del pacto. El pacto formaba parte de los poderosos y los protege y, por tanto, esto también serían limitaciones al poder del rey. El absolutismo presentaría el siguiente esquema:


El rey se convierte en el árbitro entre las distintas disputas de los poderosos y de las demás oligarquías (gestionaban estos los distintos territorios, por eso el rey quería tenerlos controlados). Estos a su vez se apoyaban en el rey para aumentar su poder, por eso no había revueltas, porque lo controlaban todo. Fomentar el poder de los poderosos era fomentar el poder del rey como fin último, pero al mismo tiempo, también crecían las limitaciones al poder del rey. El mercantilismo ayudó a mantener todo este entramado mediante esta legislación.

Los escritos mercantilistas defienden el proteccionismo y, en algunos casos la tendencia a la autarquía en los Estados. Con el mercantilismo se van a defender políticas proteccionistas que intenten limitar la importación de productos manufacturados y la exportación de materias primas. Esto es así porque la riqueza se medía por su oro y su plata. Por lo tanto, sino se compraba al extranjero, las divisas no se escapaban y, además, se ponían fuertes aranceles a los productos que venían de otros países.

Esta cuestión es algo bastante actual, más que en aquella época. Para ello, se impondrán fuertes aranceles y se defenderá la industria nacional y el comercio para “robar” a los países productores. Se favorecen las importaciones de productos manufacturados y la importación de materias primas para “atrapar” sus divisas. Todo ello, se relaciona con la necesidad del Estado de favorecer la industrialización y el mercado interno. Van a intentar perpetuar el monopolio comercial.

De este modo, vamos sistematizaremos las características básicas del mercantilismo en:

+ Poblacionismo: creencia de que un Estado es más rico cuanto mayor sea su población.

+ Bullonismo: es la creencia de que la riqueza de un Estado se mide por la cantidad de metales preciosos que tuviese el Estado (la riqueza se medía por su oro y su plata). Además también hace referencia a un determinado modo de lograr el objetivo que era mediante la explotación directa (minas y su monopolio).

Más concretamente, el bullonismo, es un sistema monetario basado en la idea de que la emisión
de billetes no debe estar a la libre voluntad de los bancos de emisión, sino respaldada por un encaje metálico para evitar la inflación. El bullonismo fue un rasgo esencial en la forma de pensar mercantilista del siglo XVI, donde la riqueza de los países se medía por la cantidad de oro y plata que poseían.

+ Protección de la industria y del comercio: los que no sean bullonistas (no tengan oro y plata por si mismos) deben proteger la industria y el comercio vendiéndoles a los demás.

+ Doctrina de la Balanza Comercial favorable. Exportar más e importar menos. Vender más de lo que se compra. Es una visión estática de la riqueza, es decir, la riqueza se mide en oro y plata, pero esta riqueza es finita. De este modo, la riqueza es estática y lo que conseguía un Estado o monarquía, era porque se lo prestaba otro. Lo que gana un país, se lo está robando a otro en realidad. Esto se conoce como “Juego de Suma Cero”: se parte de un resultado finito, uno aumenta porque otro retrocede, por lo que, cuanta más autarquía mejor.

Un juego de suma cero es todo aquel proceso social, modelizable mediante un juego, en el que las ganancias de cualquier actor sólo pueden producirse a costa de un total de pérdidas idénticas en el balance conjunto del resto de los actores. Si sumamos ganancias y pérdidas de todos los jugadores el resultado será por tanto cero, de ahí el nombre.

Los juegos de suma cero están en el origen de la Teoría de Juegos tal como apareció definida en el libro seminal de Von Neumann y Morgensten.

Podemos decir que es como la Teoría de Juegos: es una metodología muy utilizada en matemáticas, sociología y biología para poder predecir los distintos comportamientos. Se desarrolla tras la Segunda Guerra Mundial, sobretodo en USA ya que querían definir cual sería la reacción del otro bloque ante determinado comportamiento.
La teoría de juegos es un área de la matemática aplicada que utiliza modelos para estudiar interacciones en estructuras formalizadas de incentivos (los llamados juegos) y llevar a cabo procesos de decisión. Sus investigadores estudian lasestrategias óptimas así como el comportamiento previsto y observado de individuos en juegos. Tipos de interacción aparentemente distintos pueden, en realidad, presentar estructuras de incentivos similares y, por lo tanto, representar conjuntamente un mismo juego.


Desarrollada en sus comienzos como una herramienta para entender el comportamiento de la economía, la teoría de juegos se usa actualmente en muchos campos, desde la biología a la filosofía. Experimentó un crecimiento sustancial y se formalizó por primera vez a partir de los trabajos de John von Neumann y Oskar Morgenstern, antes y durante la Guerra Fría, debido sobre todo a su aplicación a la estrategía militar —en particular a causa del concepto de destrucción mutua garantizada. Desde los setenta, la teoría de juegos se ha aplicado a la conducta animal, incluyendo el desarrollo de las especies por la selección natural. A raíz de juegos como el dilema del prisionero, en los que el egoísmo generalizado perjudica a los jugadores, la teoría de juegos se ha usado en ciencia política, ética y filosofía. Finalmente, ha atraído también la atención de los investigadores en infomática, usándose en inteligencia artificial y cibernética. Estudia la elección de la conducta óptima cuando los costes y los beneficios de cada opción no están fijados de antemano, sino que dependen de las elecciones de otros individuos.

+ Fortalecimiento del Estado como objetivo final del mercantilismo. Fue un pensamiento heterogéneo con principios muy generales, que no forma ningún cuerpo coherente de teoría económica. Se plantea pero sin dar soluciones, ni objetivos. Se plantea según las circunstancias de cada país en cada momento desde un punto de vista empírico.

II.- Historiografía del Mercantilismo.
- A este respecto, se nos plantea una pregunta para la cual no hay ningún tipo de consenso, que si se puede considerar al mercantilismo como una teoría o escuela económica. De modo que hay quienes sí lo consideran una Escuela y hay quienes creen que fue una teoría que se creó a posteriori.

En España se acepta la segunda de las interpretaciones en las que se da por hecho que el mercantilismo existía. Esto se debe a que Heckscher, un autor sueco, creador de la obra clásica del mercantilismo lo ha influenciado. Los escritores del siglo XVI y XVII no tenían conciencia de pertenecer a ningún tipo de Escuela. Su término se dio en el siglo XVIII por los fisiócratas y por Adam Smith.

Así, el concepto creado por fisiócratas y Adam Smith, constituía un concepto peyorativo, negativo en oposición únicamente al liberalismo.

Algunos autores diferentes fueron Roscher (alemán) que en 1874 va a dotar al mercantilismo de un carácter positivo a diferencia de Adam Smith y de los fisiócratas. Es una doctrina positiva porque favorecía el poder del Estado-nación. (Pleno proceso de creación del Estado Alemán, cuya base era el intervencionismo y proteccionismo a diferencia de Inglaterra, siendo una forma de legitimar la doctrina que ponían). Los estudios de esa época se ven nuevamente relanzados por los alemanes. Los alemanes necesitaban inventar el mercantilismo como algo coherente, positivo,…, para justificar su política. Y es entonces, cuando el mercantilismo comienza a verse como una escuela coherente, homogénea,…,.

El siguiente paso nos lo ofrece el sueco Heckscher (1871?) que nos deja la obra clásica sobre el mercantilismo, y con el que se da la definitiva articulación del mercantilismo como escuela política de unificación nacional y de poder ante todo. Defendía la teoría política mercantilista así como sus objetivos aunque destaca la debilidad de los medios empleados.

miércoles, 19 de noviembre de 2008

Nicolás de Oresme y el papel de la moneda

Nicolás de Oresme estaba especialmente preocupado en cuál debía ser el papel del príncipe en la acuñación de la moneda: debía ser el responsable de la estabilidad monetaria. Por ello, su interés derivó en los conceptos de valor intrínseco y nominal de la moneda: quería hacer coincidir ambos valores. Sin embargo, esta teoría no contaba con los costes que suponía la acuñación monetaria. Con el tiempo cambió su pensamiento en atención a una pequeña diferencia entre ambos valores. Así, finalmente propuso una fórmula que se adecuaría a los costes de producción de la moneda:

12 (VALOR NOMINAL) – 10 (VALOR INTRÍNSECO) = 2 (por gastos de producción)

La diferencia (2) es lo que se denomina PREMIO DE ACUÑACIÓN, de tal manera que el valor de la moneda sería el valor intrínseco más el premio de acuñación. De esta manera, Nicolás de Oresme reservaba un importante papel al rey en la acuñación, que debería contar a su vez con el apoyo de los Parlamentos o Asambleas Representativas.


Nicolás también consideraba que las operaciones con monedas podrían estar sujetas a cambios. Además consideraba pecaminosa la usura y la alteración de la moneda (recortes etc) con penas que llegaban hasta la ejecución, pues afectaba negativamente a la economía y se consideraba un ataque a la propia monarquía.




Un dato de interés es que en el siglo XVII, Felipe III y Felipe IV recurrieron a la disminución del valor intrínseco y al mantenimiento del valor nominal, lo que se tradujo en la devaluación de la moneda y a una posterior subida de precios. Éste es así un claro ejemplo de la autoridad del monarca en la cuestión monetaria, y las consecuencias que derivan de la alteración de alguno de estos valores. Las variaciones del valor intrínseco afectaban especialmente a las economías regionales. Esto ocurrió hasta Carlos II, quien estabilizó la moneda.

martes, 4 de noviembre de 2008

EVOLUCIÓN ECONÓMICA Y RELIGIÓN.

La evolución económica que se produce en el siglo XVI se encuentra fuertemente vinculada a la revolución religiosa, según afirma Frederic Mauro[1]. Para ello, atiende a tres vectores: judaísmo, protestantismo luterano y calvinismo.

Para el primer grupo, los judíos, se apoya en el libro de Werner Sombart[2] quien afirma que el desarrollo capitalista estuvo intrínsecamente ligado a la presencia de los judíos, como prueban los ejemplos de España, Portugal, Países Bajos y Alemania meridional.

Ello se debe a la mentalidad del pueblo judío, caracterizado por entablar relaciones internacionales debido a su constante acción viajera. Pero los judíos no eran admitidos plenamente en la sociedad cristiana y, de forma simultánea, no se encuentran sometidos a la moral cristiana en cuanto a distintos aspectos como el justo precio o la prohibición de la usura.

A los judíos se les atribuye un importante papel en la comercialización de la vida económica, aunque esto presenta sus orígenes en la Edad Media, sobre todo en Italia; es decir, en una época y en una región donde el papel de los judíos es insignificante.

Por tanto, no se puede decir que desempeñaron un papel determinante en la irrupción del capitalismo. En cambio, se puede afirmar que sirvieron de estímulo al acomodar ciertos rasgos de su mentalidad al propio capitalismo.

El luteranismo, por su parte, no trató de ensalzar el triunfo comercial ya que, como indicó Lutero, el desarrollo del comercio suponía estrechar lazos con el paganismo. Es más, Lutero demostró su rechazo a todos aquellos elementos encaminados a fomentar o facilitar el desarrollo del comercio, como podía ser la disciplina eclesiástica y el Derecho.

Los calvinistas, sin embargo, se mostraron más flexibles debido al entorno histórico, pues se encontraban en un momento económico a punto de iniciar su desarrollo. A esto se debe añadir que, el calvinismo se dirigía hacia los hombres de negocios que residían en las ciudades y, por tanto, debían ser más prudentes y comedidos respecto a ciertos aspectos económicos, como por ejemplo el préstamo con interés.

Para Max Weber y Ernst Troeltsch existía una mentalidad capitalista[3], que se convirtió en un ingrediente básico para los inicios del capitalismo. Dentro de esta mentalidad destacaría como rasgo principal la búsqueda de ganancia por sí misma y el amor al trabajo considerado como una vocación religiosa.

[1] Europa en el siglo XVI, aspectos económicos; Barcelona, edit. Labor, 1976 (2ª edic.).
[2] Los judíos y la vida económica. Su título original es el siguiente, Die Juden und das Wirtschaftsleben; Leipzig, Duncker & Humblot, 1911.
[3] der Geist des Kapitalismus.

sábado, 1 de noviembre de 2008

MAX WEBER (1864-1920)

Este autor me llamaba especialmente la atención, y ya que hemos comentado algunas bases de su teoría en clase me ha parecido oportuno ampliarlas.

Nació en Alemania, en donde desarrolló gran parte de su carrera académica. Abordó materias como la economía, el derecho, la filosofía y la historia contemporánea, centrándose en la comparación de la historia social europea con la de otros lugares. Sin embargo, nos interesa especialmente su del desarrollo del capitalismo.

En su obra “la ética protestante y el espíritu del capitalismo” demostró su idea de que ciertos aspectos de la doctrina cristiana habían tenido un importante papel en la aparición del capitalismo. Así, al igual que su predecesor Tomás de Aquino, estudiado también en esta unidad, partió de un punto de vista religioso para explicar su influencia en cuestiones económicas.

Su teoría consiste en lo siguiente:

Existieron muchas civilizaciones importantes en Europa. Por ello, la cuestión es qué fue lo que propició el desarrollo industrial en Europa antes que en otros lugares:

Pues bien, todas las civilizaciones se habían caracterizado por un deseo de acumular riqueza. Sin embargo, la mayoría de ellas la utilizaban para mejorar sus condiciones de vida o en algunos casos incluso la despilfarraba. Sin embargo, en países como Inglaterra, Suiza y Bélgica los comercios y empresas usaron esa riqueza para invertir en ella, para mejorarlas y hacerlas más competitivas. Pero un dato a destacar que pese a su relajado nivel económico vivían con austeridad. Según Max Weber, esto está estrechamente relacionado con la mentalidad religiosa: CALVINISMO.

Calvino promulgó que Dios había otorgado la predestinación a determinadas personas. Sin embargo, alcanzaban la gloria divina cuanto más activos eran. Un signo de estar predestinado era conseguir el éxito en la tierra (prosperidad material, pero no lujo). Por tanto, según el autor, fueron ellos quieres promovieron el desarrollo industrial.

Tal y como comentamos en clase, esta teoría ha recibido varias críticas. Las dejo aquí planteadas:

Negativas:

- Las ciudades italianas, durante la Edad Moderna, también poseían un elevado grado de riqueza. Sin embargo, no fueron pioneras en la industrialización.

-El afán de éxito o realización personal está también en el catolicismo. Sin embargo, éste considera el dinero como algo negativo. (Tal y como propugnaba Tomás de Aquino con sus ideas acerca del justo precio y el cobro de intereses.)

Positivas:

-Su teoría rompió con todo lo promulgado anteriormente. De hecho contradecía al empirismo al basarse en algo tan subjetivo como la religión.

-Muestra las contradicciones de la conducta humana, con el debate entre la vida austera y el esfuerzo por acumular riqueza.

-Sirve para explicar situaciones paralelas en otros momentos. Es por tanto una teoría extrapolable.

-Por último, ya fuese para elogiarla o para criticarla, dio lugar a intensos debates posteriores.